lunes, 18 de enero de 2016

¿Cómo sé qué tipo de piel tengo?

En la mayoría de los casos la gente no sabe responder a esta pregunta. Solemos confundir el estado puntual de nuestra piel con su tipología.
Es imprescindible saber el tipo de piel que tenemos para acertar con la elección de un tratamiento y conseguir los resultados esperados.

Pero ¿cómo reconozco mi tipo de piel?


  • Por observación: el aspecto de nuestra piel puede darnos muchas pistas y es importante no pasarlas por alto. Tengo la piel mate? Tiene un tono grisáceo o rosa? La luminosidad y el color de nuestra piel pueden indicarnos la presencia de determinadas alteraciones dérmicas.
  • Textura: Tenemos la piel rugosa? O por lo contrario está suave? Es grasa al tacto? 
  • Observación de los pliegues: Tenemos la piel fina?
  • Estrías: Si hacemos el ejercicio de poner los músculos en tensión podemos observar si aparecen pequeñas líneas en las mejillas que desaparecen al relajar el músculo. Se trata de estrías provocadas por deshidratación.
  • Reacción: conocer cómo reacciona nuestra piel ante determinados productos puede ayudarnos a determinar qué tipo de piel tenemos, al igual que conocer la reacción de nuestra piel ante agentes externos como el sol, el frío, el agua, etc.*
 *Todos estos pasos deben realizarse sobre la piel limpia y seca y sin que se haya aplicado ningún producto cosmético previamente. 


Podemos distinguir 3 tipos de piel diferentes: SECA, MIXTA o GRASA con sus variaciones (muy seca, grasa con acné).

En cuanto al estado de la piel diferenciamos entre piel DESHIDRATADA, REACTIVA, IRRITADA, con ROSÁCEA...

La piel seca se caracteriza por la falta de hidratación y poca producción de sebo. Suele presentar problemas como la descamación o la tirantez y se irrita con más facilidad. Es sensible a los cambios externos como la variación de la temperatura o la exposición al sol. La piel seca suele corresponderse con una piel más fina. Las arrugas y las líneas de expresión se marcan con más facilidad y pueden aparecer a una edad más temprana.

La piel mixta es aquella que se presenta más grasa en la zona T (frente, nariz y barbilla) y más seca en la zona de las mejillas. Es una piel flexible y elástica y no suele presentar muchos problemas visibles a primera vista.

La piel grasa suele tener una textura más oleosa al tacto. Presenta un exceso de brillos y normalmente los poros están más dilatados con lo que ello comporta (presencia de puntos negros, espinillas...). Puede tener una tendencia acneica y aparecen granitos con facilidad. Suele ser una piel sensible pero tiene una ventaja: las líneas de expresión y arrugas tardan más en aparecer.

¿Por qué es importante saber qué tipo de piel tenemos?

Por ejemplo, podemos encontrarnos ante el caso de una piel grasa pero deshidratada. La persona con este problema puede escoger erróneamente un tratamiento que no le aporte ningún beneficio. Puede confundir el estado puntual de deshidratación con el tener la piel seca y pedir un tratamiento para este tipo de piel. Los tratamientos para piel seca no tienen texturas tan acuosas y suelen contener ingredientes lipófilos que lo que harán será aportar todavía más grasa a la piel. Incluso puede provocar la aparición de algún granito sin el tratamiento contiene algún ingrediente oclusivo que actúe como barrera para no perder la humedad. Y lo que buscamos obviamente no es eso. 
Un piel grasa puede estar deshidratada y lo que necesita es un tratamiento específico para ese problema que respete nuestra piel de base, los productos con texturas tipo gel serán los mejores.

Al igual que si utilizamos limpiadores faciales con PH que resequen mucho la piel en una piel ya de por sí seca. Si sabemos que nuestra piel tiende a la descamación debemos evitar limpiadores faciales que sean muy agresivos. En otra entrada hablaremos de los limpiadores y de su función.

Espero que os haya servido para saber qué tipo de piel tenéis y buscar los mejores cosméticos :)


 

domingo, 17 de enero de 2016

Tengo que volver...

Esa es la frase que llevo repitiéndome durante meses. Y finalmente he conseguido hacerlo.
Los motivos por los que lo dej'e fueron varios, supongo que la falta de motivación era el principal.
Cuando te alejas de algo consigues verlo con más perspectiva y eso me ha pasado a mí con este blog. Hará casi 6 años que lo abrí y desde entonces todo el mundo de la blogosfera ha cambiado muchísimo. 
Hubo una época en la que todo era competición y los espacios personales de cada una perdieron su esencia, cada vez costaba más engancharse a los blogs porque eran todos iguales y poco personalizados. Las que supieron hacerlo bien siguen en ello y el resto de páginas se han perdido entre el centenar de blogs.

Ha pasado prácticamente un año desde mi última entrada y en mi vuelta tiene mucho que ver el camino que he tomado. Actualmente me dedico profesionalmente al sector de la cosmética y gracias a eso se ha convertido en una de mis pasiones.
Con pasión no me refiero a que lleno el tocador de potingues nuevos cada 24h (que lo haría...) sino a que disfruto eligiendo lo que va a formar parte de mi cuidado facial ya sea maquillaje o tratamientos. 

Seguir otros blogs de cosmética me ha ayudado a no desconectar de las novedades, a aprender y a conocer las opiniones de muchas de vosotras.
Eso, unido a un posgrado de dermocosmética que estoy haciendo, ha conseguido reavivar las ganas de volver aquí. 

Pero volver aquí de forma diferente a la que lo había hecho años atrás. Mi propósito es compartir las cosas que he ido aprendiendo y aquellos temas que creo que pueden ser útiles en el día a día.
Me he visto mil veces en la situación de estar buscando algo en internet sobre un producto cosmético o sobre una marca y encontrar muchísima información pero no dar con la respuesta a lo que estoy buscando. 



Quiero compartir algo que sea práctico y algo que a mí me gustaría encontrar cuando tengo dudas y tecleo en busca de una respuesta. 
No quiero volver a leer ni a escribir que un producto es maravilloso por el simple hecho de que la marca nos lo ha regalado. Quizás sea maravilloso pero por qué? Más allá de una acción de lanzamiento o de un packaging bonito, de ganas de promocionar, hay motivos por los que los unos productos realmente son mejores que otros y son razones objetivas. A partir de ahora voy a basarme en eso, que creo que es lo que importa.

En mi trabajo, día a día tengo que recomendar productos y llevo casi un año viendo decenas de casos a diario y para los que tengo que tener una solución que esté justificada. En mi trabajo no me sirve decir: es precioso, la marca es genial o "no me puede gustar más", ni siquiera es válido decir "acabo de descubrir la marca y me encanta". ¿De verdad eso va a hacer mejorar la piel de la clienta? Todos sabemos que no, y mi pregunta es... si en una tienda jamás compraríais un cosmético con esos argumentos por qué en internet nos dejamos engañar con esas frases vacías?

El mundo de la cosmética es fascinante, hay marcas que lo hacen realmente bien. Querer cuidarse la piel y hacerlo es importante pero también lo es saber elegir los productos y sobre todo saber qué beneficios tienen y el porqué lo hacemos.

A partir de hoy voy a intentar compartir semanalmente consejos sobre cosmética que creo que pueden ayudaros y espero que os guste :)